miércoles, 31 de octubre de 2012

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A.L,orientaciones familia

ORIENTACIONES A FAMILIAS DE NIÑOS CON TRASTORNOS GENERALIZADOS DEL DESARROLLO: AUTISMO

1. RELACIONADAS CON LOS PROBLEMAS DE INTERACCIÓN SOCIAL.

- Necesita aprender a relacionarse, de forma concreta y efectiva, con los demás en diferentes situaciones y contextos.
- Necesita aprender a conocer y comunicar las emociones y pensamientos propios, así como comprender los de los demás.
- Necesita aprender a utilizar más objetos de manera funcional y creativa, y disfrutar de ellos con los demás.
- Necesita aprender que sus comportamientos pueden influir en el entorno de una manera socialmente aceptable, pero es necesario enseñarle explícitamente cómo, dónde y cuándo.
Sugerencia de actividades que se pueden realizar en casa:
1. Ponerle en situación de que tenga que expresar con algún medio -gestos o palabras- lo que quiere conseguir. Puede ser que tu hijo/a sea muy autónomo y utilice sus habilidades para conseguir los objetos que desea sin pedirlos, esto está bien, pero nuestro objetivo será conseguir que además de eso sea capaz de pedir o de señalar, que se comunique de alguna forma para conseguir lo que desea. Para ello podéis utilizar estrategias como:
  • Poner los objetos que sabéis que más le interesan a su vista, en lugares donde no pueda acceder fácilmente a ellos para que tenga que señalar o expresar que quiere que se lo deis.
  • Ponerle el objeto deseado dentro de una caja que no pueda abrir, de manera que tenga que pedir vuestra ayuda para sacarlo.
  • Crearle interés por una actividad, por ejemplo pintar. Le mostráis la pintura, el papel, os ponéis a pintar…, pero ¡os olvidáis! de darle el pincel. De esta forma provocáis su interés para comunicar lo que necesita.
  • Con cualquier objeto o juguete que tenga dos partes: separadlas y poned cada una en un sitio, para que se percate de la falta y os la pida…
  • Usar algo que no le guste, por ejemplo prenda de vestir o cualquier otro objeto y dárselo para ponerlo en situación de decir “NO”.
  • Si le dan rabietas o llora, observad y analizad qué es lo que ha podido pasar, intentad descubrir cuál sería la conversación que se hubiera entablado si El niño fuera capaz de expresarla y poned vosotros las palabras que él no es capaz de decir: “¡quiero coger la plancha!”, “¡No, que quema!”.
  • Cuando esté haciendo algo él solo, preguntadle por lo que hace y ayudadle a poner palabras: “ahora me lavo las manos con agua y con jabón” , “me como la sopa”, “me quito los zapatos”…
  • Enseñadle y mostradle el uso de algunos objetos y juguetes. Con los que vayáis enseñándole a utilizar y a jugar ponérselos los días siguientes, para que tenga oportunidad de ejercitar el uso funcional de los mismos.
  • Los juegos “uno a uno” son la manera de iniciarse en el juego social. Estos juegos son aquellos en los que El niño juega con otro niño/a, hermano/a, primo/a. Puede que al principio no quiera jugar, o que le sea indiferente, pero vosotros podéis ayudarle a que interactúe y se interese. Aunque vosotros ayudéis al principio a que interactúe, debéis retiraros lentamente de la situación y permitir que jueguen entre sí, de forma que vuestra ayuda se limite a palabras de apoyo o simplemente con miradas de aprobación. La meta, no lo olvidéis, será que vuestro hijo participe activamente e interactúe con los demás niños, y esto habrá veces que surja de forma espontánea y otras que será necesaria vuestra ayuda más activa.
  • “El tiempo del suelo…”, consiste en una serie de técnicas que ayudarán a fomentar la capacidad de interacción y de desarrollo de El niño. Encontrad al menos una vez al día unos 20 minutos para jugar con vuestro hijo/a, los siete días de la semana. El objetivo del “Tiempo del suelo” es estimular la interacción cara a cara y cuerpo a cuerpo. Ponte en el suelo, sobre una alfombra y crea con tu hijo un juego que suponga la interacción. Las interacciones del “Tiempo de suelo” deben implicar siempre un “dar y recibir”. La meta es abrir y cerrar lo que se llaman “círculos de comunicación”. Por ejemplo: con una botella vacía y bolitas o piedras pequeñas, enseñadle una pauta: “yo meto una, y tú otra. Ahora yo, ahora tú…” Otro ejemplo, con una baraja o dominó: yo saco una carta, y tú otra… Podéis utilizar estos momentos y los objetos que utilizáis para que aprenda conceptos como “arriba”, “abajo”, “muchos”, “pocos”.
  • Tanto si tu hijo/a habla como si no lo hace, es importante que entendáis sus sentimientos. Si está llorando porque se cayó su taza de leche, podéis decirle: ¡estás muy triste! Mostradle, mediante vuestras expresiones de la cara, la voz y todo el cuerpo que sabéis lo que le pasa. Ayudadle a expresar sus emociones y a saber que las entendéis.
  • Valoradle sus pequeños logros. Cuando os propongáis hacer con él algo, por ejemplo un puzle, podéis ayudarle desmenuzando la tarea en pequeñas partes, por ejemplo: sacad sólo las piezas de un extremo, de tal modo que se pueda ver estimulado por sus pequeños triunfos.
  • Es necesario fijar límites, ponerle pequeñas normas que debe cumplir. Habrá que trasmitírselas de forma clara y recordarlas siempre que se presenten. Será mejor seleccionar los asuntos más importantes y no entablar batallas en muchos frentes a la vez. Una vez seleccionados los asuntos más importantes, la clave es ser firme, no transigir, pero de una manera apacible y segura. Los límites firmes le crearán el sentimiento de seguridad.
  • Observar las conductas y el juego o la actividad solitaria de tu hijo/a y, sobre su iniciativa, tratad de entrar y aportar algo nuevo. Por ejemplo, si da golpes sobre una caja, coged otra y un palo y haced como que tocáis tambores, poniendo palabras al mismo tiempo. Combina acciones con palabras: “pom, pom, pom”, invitándolo a interaccionar.
  • Con las palabras nuevas que vaya aprendiendo hay que tener en cuenta ir introduciendo esas palabras dentro del juego o de su actividad diaria. Por ejemplo, si se le enseña la palabra “chocolate”, haz que un muñeco pida chocolate porque está muy bueno.
2. NECESIDADES RELACIONADAS CON PROBLEMAS EN LA COMUNICACIÓN.

  • Necesita aprender a entender y a reaccionar a las demandas de su entorno.
  • Necesita aprender habilidades de comunicación funcionales de/en la vida real.
  • Necesita ejercitar la comunicación -verbal y no verbal-, sobre todo con la finalidad interactiva.
  • Necesita aprender a iniciar y mantener intercambios conversacionales con los demás, ajustándose a las normas básicas que hacen posibles tales intercambios (contacto ocular, expresión facial, tono, volumen…).
Todas las actividades sugeridas recogidas en el punto anterior repercutirán en beneficio de estas necesidades. Pero además habrá que:
  • Estimular la exploración de objetos o actividades funcionales muy simples con las manos, empleando juegos interactivos (por ejemplo: “las palmitas”, “cinco lobitos”…).
  • Deben realizarse diariamente juegos circulares de interacción centrados en el cuerpo y que desarrollen motivaciones de relación, anticipaciones e inicios de peticiones: cosquillas, caricias, sonidos con el cuerpo o soplarle en la cara…
  • Juegos de imitación: poner caras, movimientos de las manos y del cuerpo…
  • Es fundamental responder consistentemente ante conductas comunicativas verbales o gestuales (miradas, coger al adulto de la mano, acercarse a un objeto y mirarlo), y aunque todas estas conductas no parezcan intencionales, con vuestra ayuda poco a poco irán obteniendo respuesta. Por ejemplo, si te mira pregúntale: “¿qué quieres, El niño?”,o “¿has visto lo que tengo…?”.
  • Reforzar su sentido de identidad diferenciada de otros, ayudándole a comprender el sentido del “mio” y del “yo”. Podéis utilizar estrategias como que os ayude a colocar la ropa, haciendo “montones” con la suya y con la de su hermano…
  • Propiciar que participe de las actividades diarias del hogar, para que vaya asociando las situaciones y mejore su comprensión de las mismas.
  • Ayudarle a que discrimine entre emociones felices y otras emociones, utilizando libros de imágenes, revistas, fotos etc. Haz un libro especial de emociones para ayudarle a explorar las emociones con él.
Ponle, por ejemplo, páginas felices, tristes, enfadadas, asustadas. Pegad o dibujad en ellas imágenes apropiadas, historias o palabras. Haced listas de cosas que os hacen felices, que os hacen enfadar…
  • Ver libros de imágenes, e invitarlo a que busque una imagen determinada. Reforzar sus intentos.
  • Utilizad teléfonos -de juguete o reales- para establecer conversaciones: “hola, ¿quién es?, adiós…”
  • Animarlo a iniciar algún tipo de comunicación con otras personas, en principio conocidas por él: darle algo a su abuela o tío y decirle “toma, abuela Animarle a que se dirija a ellos para jugar, pedirles algo,…
  • Animarle a corresponder de una forma apropiada a la comunicación de otras personas: mirarles a la cara, responder a saludos, poner la cara para dar o recibir un beso… Empezad haciendo esos intercambios socio-afectivos con personas muy conocidas por El niño, con el fin de ir acostumbrándolo a estas situaciones. Con el fin de estimular la imitación, utiliza actividades de juego diversas, por ejemplo: hacer sonidos con un pito o flauta (u otros objetos que produzcan sonidos) haciendo turnos. Trata de imitar los sonidos que él hace y anímalo a que fe fije en la acción y trate de imitar otros patrones de sonido.
  • Enséñale palabras nuevas mostrándole el objeto real o la imagen que lo designa.
  • Cántale canciones que impliquen gestos (si no sabes o no tienes, pídenos en la escuela), anímale a que los vaya imitando. Ponte con él delante de un espejo y trata de hacer divertida la actividad.
  • Anímale a imitar gestos cuya realización él no puede ver directamente: tocar su nariz, pellizcar la oreja, ponerse un objeto en la boca o cabeza, abrir y cerrar los ojos…
  • Juega con él a imitar movimientos de brazos y piernas, como si estuvierais haciendo gimnasia: subir los brazos, colocarlos en cruz, levantar una pierna, tocar los pies con las manos, etc.
  • Invítalo a imitar movimientos con las manos: abrir y cerrar las manos, golpear la mesa con la mano abierta, golpearla con el puño… Jugar a poner una mano encima de otra…Trata de hacer divertida esta actividad.
  • Procura hacer actividades como ver cuentos, imágenes… Anímale a señalar, a pasar las páginas, a tratar de decir alguna palabra… Hazle preguntas sobre la historia.
  • Ponle en situación de ejecutar órdenes simples: guardar las cosas, llevar y traer objetos, ayudar a poner la mesa… Reforzadle con besos, caricias y palabras por lo bien que lo hace. Poco a poco, a medida que lo vaya haciendo podéis ir complicando más las órdenes: “pon tus zapatos en tu habitación…”, “pon la cuchara dentro del cajón”…
  • Haz que atienda y observe algunos ruidos ambientales, por ejemplo el sonido de un despertador: “¿de dónde viene ese ruido?”, ¿qué es?”, intentando que relacione el sonido con el objeto y que se dirija a él.
  • Enséñale a conocer sus emociones y las de los demás.
    • Acentúa tu lenguaje corporal para mostrarle como te sientes.
    • Explícale las normas en palabras. Por ejemplo: “Cuando un adulto viene con nosotros en coche, es normal que le parezcas rudo si no le permites sentarse delante”.
    • Háblale de manera abierta y calmadamente sobre sus emociones. Evidénciale en palabras que él necesita expresar su realidad. Por ejemplo, “Cuando…sucedió debiste sentirte muy enfadado (triste, contento…)”.
    • Enséñale que todas las personas (incluido tu) quieren que les traten bien. Esto significa que debes tratar a los demás de la misma manera que quieres que te traten a ti. Habla abiertamente sobre como la gente espera ser tratada. Aquí hay algunas cuestiones y temas que puedes sacar cuando hables con tu hijo: ¿Cómo quieres que te traten?, ¿Como odias que te traten?, Me puedes dar algún ejemplo de cómo quieres que te traten?, ¿Y de cómo odias que te traten?
    • Recuerda que para él es muy difícil ponerse en el lugar del otro, así que busca oportunidades cada día para decirle en palabras como te estás sintiendo, calmadamente, con voz suave. Háblale también de cómo se pueden sentir las demás personas, porque él no lo intuirá.
    • Explícale como lo que él hace o dice puede afectar a los demás. Por ejemplo, si te da un abrazo, dile claramente en ese momento “esto me hace sentir muy bien… Que me des un abrazo me hace sentir genial”. O si su comportamiento está fuera de lugar, no esperes que él se de cuenta rápidamente que no te ha gustado. Di claramente, por ejemplo: “cuando tiras todos tus juguetes por la habitación, me pongo muy nerviosa, no me gusta”.
  • El role playing nos puede permitir intentar que entienda la perspectiva de otra persona de una manera segura y divertida. Hay maneras infinitas de usarlo. Por ejemplo, representar situaciones que han sucedido hace poco y explorar diferentes formas de manejarlas que podría haber utilizado. Se pueden hacer representaciones divertidas sobre llamadas telefónicas y situaciones sociales.
  • Recuerda que tu hijo/a no entienda las sutilezas. Comunícate con él sin ambigüedades y claramente. Por ejemplo, si él no se pone el abrigo, no le digas “¿no tienes frío?” o “¿quieres ponerte el abrigo?”. Mejor di algo muy claro cómo: “Deberías ponerte el abrigo” o “Por favor, ponte el abrigo”.
3. NECESIDADES EDUCATIVAS RELACIONADAS CON LA SALUD Y LA AUTONOMÍA.

- Necesita mejorar en los hábitos de alimentación: aceptando los alimentos que se le ofrecen y comiendo de forma autónoma. Suelen ser niños/as muy “selectivos” a la hora de las comidas, mostrándose reacios a comer determinados alimentos. La intervención para que mejore en éste sentido debe partir de una “filosofía” sobre el momento de la comida, que tendría como principio nuclear hacer de las horas de la alimentación momentos relajados y agradables, situaciones en las que el acto de comer suponga un momento agradable y de relación interpersonal.
Debéis tener en cuenta:
- Las comidas son momentos agradables; en la hora de comer sólo se come; no se juega ni se ve la televisión; la comida es algo “rico y apetecible”; la comida constituye un ritual cuya forma la marcaremos los adultos, y que implica: sentarse ante su plato, comer él solo, comerse al menos unas cucharadas… ; nunca se entrará en lucha con el niño, ni se le forzará más de lo “imprescindible”, todos los días hay que comer, y hay que comer una cantidad previamente establecida con él.
Puede ayudar:
- Crear una rutina y mantener constantes las condiciones físicas, procurando que siempre coma en el mismo lugar, y establecer unas rutinas como cantar una canción, poner la mesa, etc.
- Se le puede anticipar que después de comer va a hacer o a tener algo que para él sea muy gratificante, como por ejemplo ver una película, jugar con un camión, etc.
- Ir progresivamente marcándose metas: primero comerá las comidas que le gustan, luego iréis introduciendo poco a poco otros alimentos nuevos de los que comerá al menos unas cucharadas o trozos, etc.
EL TIEMPO EN LA CASA… • Sería conveniente llevar a cabo un horario y un calendario de actividades en casa. No se tratará de cambiar vuestro plan de vida diario, sino que las actividades diarias se estructuren desde que El niño se levanta hasta que se acueste, sobre todo los fines de semana y vacaciones. Tened en cuenta que si sabe en todo momento lo que tiene que hacer y las pequeñas normas que esto conlleva evitaremos que se sienta “perdido” y “disperso”. Por el contrario, creándole una serie de hábitos y rutinas que engloben la actividad de todo el día, le evitaremos la sensación de caos y le estaréis facilitando que pueda predecir y anticipar.
Para ello: – Es necesario que intente hacer (las actividades) a las mismas horas diariamente-pero con cierta flexibilidad-. Dentro de poco tiempo no será necesario que estéis en todo momento pendientes de él.
- Debéis hablarle, explicándole de forma sencilla lo que esté haciendo y lo que vaya a hacer inmediatamente después.
- Es necesario alabarle en cualquier actividad en la que colabore, aunque sea mínima.
- Para que vaya aprendiendo a realizar nuevas tareas utilizaremos la técnica del “Encadenamiento hacia atrás”. Esta técnica presupone la enseñanza de una conducta empezando a adiestrarla tan cerca como sea posible de la finalización de la tarea. Prácticamente todas las conductas que implican respuestas de autonomía pueden trabajarse siguiendo esta estrategia.
Por ejemplo: para atarse los cordones de los zapatos, empezaremos por enseñarle a apretar la última lazada… Esta técnica de aprendizaje será muy útil, pero requiere proporcionar ayuda total para realizar la conducta completa, e ir retirando las ayudas desde el final hacia delante, de modo que el niño realice la conducta cada vez con menos ayuda. Lo último que realizará será el primer paso de la secuencia (ej. para atarse los cordones de los zapatos, hacer la primera lazada).
MATERIALES QUE PUEDEN FACILITAR LA TAREA… No necesariamente tenéis que comprar material específico. Con un poco de imaginación, los propios objetos y materiales de la casa pueden tener inmensas posibilidades para vuestro hijo.
La estimulación sensorial le va a facilitar asociar diferentes sensaciones a partes de su cuerpo, y los mejores materiales están al alcance de vuestra mano: objetos fríos y calientes que pueda tocar y llevarse a la boca, cepillado de dientes, estimulación del olfato con botellitas para oler, la estimulación del gusto con sabores diferentes, la estimulación acústica, desde los sonidos del corazón, hasta instrumentos o juguetes musicales; experiencias con objetos reales (lavadora, casete -podéis grabar su voz y la vuestra y que lo escuche después-); tocar diferentes tactos; estimulación visual -con luces, -juegos con linternas, lámparas, diapositivas, objetos brillantes, caleidoscopios, prismáticos y lentes, juguetes luminosos…
Otra gama de materiales los podéis encontrar en los juguetes de primera infancia: juegos de manipulación, de encajes, puzles, juegos simbólicos: muñecas, miniaturas, teléfono -este juguete es muy útil para hacer juegos de “conversación”, coches, peluquería, casas, alimentos, médicos. Merece especial mención los disfraces, muñecos de guiñol, las casas grandes de tela o cajas grandes donde pueda meterse…
Asimismo, la informática proporciona un caudal de recursos y materiales impresionante. Existen programas que pueden ser muy útiles si se utilizan de forma adecuada. Además de poder trabajar las habilidades sociales podemos trabajar conceptos, percepción, atención, memoria… Otro tipo de materiales más específicos son los encajes, dominós, juegos de colores, lotos de objetos, barajas y lotos de fotografías, pizarras magnéticas borrables, etc